Un análisis cautivador de la historia económica y el pensamiento económico desde una perspectiva femenina es presentado por Katrine Marçal en este ensayo. Desafía el gran mito económico que ha moldeado el mundo contemporáneo y aboga por poner fin al Homo economicus de una vez por todas. A diferencia de lo que afirmaba Adam Smith, padre de la economía moderna, de que cenamos todas las noches gracias a la búsqueda del interés propio, Marçal argumenta que Smith cenaba porque su madre le preparaba la comida, por amor y no por codicia. El Homo economicus, blasfemo y codicioso, ha dominado nuestra visión del mundo durante mucho tiempo, influyendo en cómo compramos, trabajamos y socializamos. Sin embargo, es hora de cambiar esa historia y reconocer el trabajo no remunerado de las mujeres en la crianza, cuidado, limpieza y cocina. Marçal desafía el mito actual y nos insta a acabar con el Homo economicus de una vez por todas.