Este texto expone la importancia de reflexionar y analizar temas que, debido a la presencia de mitos y prejuicios de género, son vividos de manera acrítica y natural. La invisibilidad social de estos temas y su naturalización influyen en nuestros procesos de socialización, condicionando nuestra forma de vida. La familia tradicional, vista como un grupo humano misterioso y sagrado que busca una unidad monolítica a cualquier costo, debe ser objeto de una profunda reflexión sobre la calidad de sus relaciones. Muchas veces estas relaciones están marcadas por el poder y la autoridad, lo que pone en riesgo la salud psicofísica de sus miembros, especialmente de las mujeres y los niños que son vulnerables y victimizados en este tipo de dinámicas.