El libro de 1975 de Michel Foucault, «Vigilar y castigar», sigue siendo su obra más popular fuera de los círculos académicos. Su primer libro después de «Intervenciones políticas», «La Microfísica del poder» de 1977, permitió a los lectores fuera de Francia acceder a su pensamiento, que previamente solo estaba disponible en grupos especiales o revistas contraculturales. Al situar los principales temas de su obra en el diálogo y la discusión, Foucault desempeñó un papel crucial en la difusión y aceptación de su trabajo. En sus conversaciones con figuras como Gilles Deleuze, Jacques Rancière y André Glucksmann, Foucault analiza el presente no como una crónica de los eventos, sino en relación con sus propias inquietudes y intereses.