Este libro defiende una visión participativa de la democracia deliberativa que busca promover el control democrático de los ciudadanos y resaltar la importancia de la participación ciudadana frente a conceptos que la minimizan. Ofrece un análisis crítico de los enfoques pluralistas, epistémicos y lotocráticos de la democracia, que proponen soluciones institucionales para resolver los problemas de las sociedades democráticas, pero que en realidad pueden socavar la autenticidad democrática. En lugar de atajos no democráticos, el libro aboga por la participación activa de los ciudadanos para crear una voluntad política colectiva. Defiende un concepto de democracia «sin atajos» que propone nuevas formas de abordar debates tradicionales sobre la razón pública, el papel de la religión en la política y la legitimidad de la revisión judicial de la ley. Sugiere también el uso de innovaciones institucionales, como minipúblicos deliberativos, para empoderar a los ciudadanos.