La muerte de activistas y defensores de la ciudadanía en México ha provocado una grave humillación a la libertad de expresión. Alejandra Ibarra expone en su trabajo la peligrosa situación que enfrentan los periodistas que denuncian injusticias y abusos de poder. Muchos de ellos son acosados, intimidados y asesinados por su valiente labor. El libro revela que estos comunicadores no fueron asesinados por censura, sino como castigo por involucrarse en política y denunciar la corrupción. A pesar de los riesgos, siguen luchando por una sociedad mejor, enfrentando la indiferencia de los grandes medios. El texto destaca casos de periodistas asesinados por expresar sus opiniones en radios comunitarias o denunciar abusos en empresas, así como aquellos que revelaron la corrupción de funcionarios y la brutalidad del crimen organizado. Todos ellos fueron liquidados por exigir rendición de cuentas.