Umut Özkirimli, un reconocido pensador de la izquierda progresista, criticó duramente la nueva política de identidad. En un momento de extrema polarización en el discurso social y político, es necesario mantener viva la verdadera esencia del progresismo, aquella que se cuestiona a sí misma sin temor. En la actualidad, cualquier comentario espontáneo en redes sociales o broma aparentemente inofensiva en la oficina puede tener consecuencias devastadoras. Tanto la izquierda como la derecha han caído en un fanatismo que solo contribuye a dividirnos. ¿Podrá la izquierda alejarse de este extremismo y mantenerse fiel a sus valores progresistas? En su obra provocativa, Umut Özkirimli expone cómo la izquierda se está dejando arrastrar por un discurso cargado de odio y ira, alejándose de los valores democráticos que en teoría defiende. Al examinar las similitudes entre el populismo de derecha y las políticas radicales de identidad, propone una alternativa. Solo enfocándonos en la humanidad que compartimos y dejando de lado nuestras diferencias, la izquierda podrá encontrar un camino más constructivo y unificador que nos saque de esta espiral destructiva.